El cupido de lucena

Se trata de una escultura romana que representa al dios Cupido, el Eros de los griegos, del siglo II d.C., de la época de los reinados de los emperadores Trajano, Adriano, Antonino Pío y Marco Aurelio,  con clara influencia idealista de origen helenístico en sus formas, características y envoltura.

El Cupido lucentino tiene alas, carece de flechas y de venda en los ojos, y aparece dormido. Se cree que la escena iconográfica completa representaba a Cupido dormido y acostado junto a Psique. Es comparable con el Eros de Elche.

Según la documentación bibliográfica, este Cupido ya fue hallado en 1749, en la construcción de los cimientos de una casa situada en la calle Abad Serrano esquina calle Cabrillana, según testimonió el historiador de la época Jerónimo Roldán y Cárdenas, conocido como el cura de Montoro, quien escribió que se trataba de un Cupido de alabastro de ejecución finísima.

Posteriormente, otro historiador, Villalba Bernal, en sus “Anales Históricos de Lucena” (1765) constató que dicha representación de Cupido fue trasladada a la calle de Antonio y José de Mora, corregidores de Lucena, una de cuyas “casas principales” es el citado Palacio de Santa Ana.

Otro célebre historiador local, Fernando Ramírez de Luque, hace referencia al Cupido en cuestión en su obra “Tardes divertidas y bien empleadas por dos amigos en tratar de la verdades de su patria Lucena”.

La pieza mide tres cuartos de vara, con 59 centímetros de largo por 33 de ancho.Ha sido lavada con agua destilada, conservando un fragmento de barro adosado a la misma. Se define como “el eslabón perdido de la escultura romana de Lucena”. Las fracturas que presenta la obra son las mismas que tenía en el siglo II, indicó el edil, quien dijo que está hecha de una sola pieza en mármol de primera calidad. Este tipo de esculturas, solían producirse en los talleres grecolatinos para ser vendidas a familias nobles que con su posesión demostraban su poder socioeconómico.

En las obras de adaptación que se hicieron en el inmueble hace unos años para adecuarlo como sede de los juzgados de Lucena, se encontró una Venus Lucífera, expuesta hoy en el Museo Arqueológico y Etnológico de Lucena, así como un brazo atribuido a una escultura de Venus. Estas piezas, al igual que el Cupido, formaban parte del gabinete de antigüedades que configuró el hijo del noble que construyó el palacio, cuya edificación está fechada en 1723.

El cupido había sido ocultado intencionadamente y boca abajo en el remate de un arco cegado, apoyado en el muro de carga, en torno a los inicios del siglo XIX. Como causas de esta ocultación, se barajan dos hipótesis: fue escondido para ocultarlo de las tropas francesas que ocuparon Lucena en la Guerra de la Independencia, o bien se ocultó por motivos religiosos y morales.

El Cupido de Lucena es comparable a los de Elche, Estepa o Cabra, éste último partido por la mitad.