El otro día estaba caminando por el templo agustino de San Martín, contemplando su espléndida arquitectura y pensando: Cómo se vería Lucena sin ver?
A los problemas cotidianos que cada uno tenemos hay que añadir la dificultad de no poder ver aquellas cosas que en numerosas ocasiones nos ayudan a recobrar la paz, cosas tan simples como una puesta de sol en la sierra de aras, una vista de la iglesia del Carmen, una panorámica de San Mateo desde la puerta del ayuntamiento, una vista del castillo desde la plaza de San Miguel, una vista del coso desde la torre del homenaje o una vista a la calle de la judería.
Recuerdo un correo que me enviaron sobre un hombre ciego que estaba pidiendo en la calle, un viandante cambió su letrero y escribió: Hace un maravilloso día y yo no puedo verlo. Esto me impactó mucho porque no somos conscientes de nuestra fortuna pudiendo observar edificios como el de San Martín, Madre de Dios, San Mateo, Santiago, Dios Padre, San Felipe Neri, Aurora, Palacio de Santa Ana, Casa de los Marqueses de Aras…
Resulta imposible mirar la casa de los Rico de Rueda cuando bajas la calle de las torres!! Innumerables detalles nos rodean tanto en Lucena como en el resto del mundo y hay personas que no pueden verlo.
Desde nuestra empresa estamos apostando por el turismo para invidentes porque es necesario que en momentos en los que nos volvemos más egoístas demos un paso atrás y aportemos nuestro granito de arena, trabajemos por una Lucena más accesible y sin barreras, que se haga visita imprescindible para las personas invidentes mostrándole nuestra ciudad a través de nuestras descripciones.
Empezar por unos paneles informativos en los que también se contemplen descripciones en braille sería un buen comienzo…
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